Comentario
Para judíos, como para musulmanes, la figura humana no debe ser representada. En la Biblia ya se señala: "No hará para ti imagen de escultura ni figura alguna". Así, la prohibición ha sido seguida mayoritariamente, especialmente en lo que respecta a la escultura. En cuanto a la pintura, la tendencia es a restringir en todo lo posible la representación de figuras humanas, sobre todo en un contexto religioso. Y esta norma atiende con mayor rigor a las representaciones de Dios y a la veneración de imágenes. La presencia de Dios en una escena bíblica puede indicarse en ocasiones como una mano que desciende del cielo, un motivo que ya aparece desde hace mucho tiempo.
A pesar de esta prescripción existen ejemplos de representación humana. La sinagoga de Dura, una de las más antiguas que han sobrevivido, presenta pinturas murales con motivos humanos. Sin embargo, en algún momento esta práctica debió desaparecer, siendo muy raro que se dé en sinagogas medievales y modernas. Raras son también las ilustraciones de la Biblia y libros de oración, aunque existen excepciones como el Haggadah de Pascua y son muchos los manuscritos medievales y renacentistas iluminados. No obstante, incluso en los casos en los que se toleró la figuración en un contexto religioso, se tiende a eliminar tanto figuras como rostros humanos.